¿Cómo empezaste a pintar? ¿Por qué? ¿Para qué?

Siempre hice cosas relacionadas a lo artístico, de chica iba al teatro y de adolescente hice fotografía.  Mi mamá pinta y me encantaba ver lo que hacía. 

Pero realmente empecé a hacer talleres y cursos más ligados a las artes visuales a mis 25 años. 

Trabajé durante 11 años en el Congreso en Argentina y un día a mis 28 años decidí que a mis 30 iba a ser artista. Empecé a hacer diferentes cosas/ rituales cuando entraba a la oficina, como grabar un video, escribir en un post it, sacar una foto de un elemento de oficina, hacer una cadena de clips. 

Era una manera de darle un sentido a ir a esa oficina, que nada tenía que ver conmigo. 

Finalmente desde mis 31 años (que viene a vivir a Barcelona) me dedico a vivir de mi arte.

Pinto porque me mueve, me hace feliz, pintar es un refugio para mi alma. Me abstrae de lo malo, me potencia lo bueno, le da sentido a mi vida. 

Y para ser realmente yo. 

¿Tienes una rutina para hacerlo?

Si. Soy una persona bastante rutinaria, la rutina me da tranquilidad, me gusta. 

Suelo levantarme para ir a entrenar y una vez que vuelvo desayuno, mientras tanto planificó que es lo que tengo que hacer. Miro ideas, busco referencias, pienso qué colores podrían funcionar. 

Luego me pongo manos a la obra, suelo trabajar de manera ordenada, no soy una artista caótica, voy limpiando, ordenando a medida que hago. 

Y sin dudas mi mejor horario para trabajar son las mañanas. 

Me siento plena una mañana donde entrené, hay sol, mate y tengo que empezar una nueva obra. 

¿Cómo trabajas la creatividad?

Una de las cosas que hago mucho es observar sobre todo a mis alumnos. Doy clases a niños y lo que veo en ellos es un arte muy puro, me sorprenden. Me guardo muchas de las cosas que hacen como un tesoro para luego aplicarlo en mi creatividad.

También, intento al menos, hacer un curso o taller al año para mi. Este año por ejemplo hice “El viaje de los colores”, con Lucila Dominguez. 

Pero reconozco que desde que me dedico 100% a pitar es difícil no caer en hacer “cosas lindas” o “vendibles”. 

Es un desafío para mi crear por crear. Siempre quiero volver ahí.  

¿Qué es lo que más te gusta de pintar? ¿Por qué?

Me gusta mucho la conexión con el cliente, cuando hago obras personalizadas o ilustraciones para algún proyecto por ejemplo, se genera un vínculo, tengo que conocerlos, saber qué es lo que quieren ver o transmitir.  

La verdad me gusta todo, me gusta el proceso de estar sola en el estudio pintando, fluyendo, ahÍ en mi elemento y me encanta cuando veo el resultado y la cara de los clientes. 

Aún no me acostumbro a que me paguen por pintar.  Pienso, tengo el mejor trabajo del mundo. 

¿Cuál es la técnica tu técnica menos querida o la que evitas? ¿Por qué?

No sé si hay alguna técnica que no me gusta o evito, tengo momentos. 

Hace un tiempito las acuarelas me fascinaban ahora estoy usando mas gouches. 

El óleo es una belleza pero no suelo usarlo tanto como el acrílico.

Si creo que en mi proceso, el momento de la idea, de la búsqueda de qué hacer me genera mucha adrenalina, luego el proceso de dibujar es un poco más rígido y de menos disfrute pero el momento de pintar es pura fiesta.