No es para asustarse, es para tomar acción

No es para asustarse, es para tomar acción

Nuestras actividades y nuestro estilo de vida tienen un impacto directo sobre el planeta. Pero no solo las emisiones de fábricas, aviones y coches perjudican al medio ambiente: también la ropa que vestimos tiene un efecto secundario.

La industria de la moda es responsable del 10 % de la contaminación global mundial. La razón de que su impacto sea tan grande es doble. Por un lado, su cadena de suministro es larga y compleja. Empieza en la agricultura (fibras vegetales) y la fabricación petroquímica (fibras sintéticas), sigue por la manufactura para, pasando por la logística, terminar en la venta al por menor. 

Por otro lado, es un sector que ha experimentado un crecimiento enorme durante los últimos años debido a la emergencia del fast fashion “moda rápida”.

El impacto ambiental se produce a través de cuatro componentes: el agua que se consume, los materiales que se emplean (y se desechan), el uso y eliminación de productos químicos de potenciales efectos dañinos, y el gasto de energía.


Moda rápida

El lanzamiento de las colecciones ya no se planifica a propósito del cambio de una estación a la otra. La ropa se repone en los inventarios con mucha más frecuencia.

Las tiendas de indumentaria con bajos precios ofrecen nuevos diseños cada semana. Si en el año 2000 se fabricaban 50.000 millones de prendas, casi 20 años después se fabrica el doble. El ritmo vertiginoso de fabricación también acelera los hábitos de consumo: el consumidor promedio de hoy compra un 60% más ropa que en el año 2000. Y no solo adquiere más, también desecha más.

Menos del 1% de la ropa vieja se usa para hacer nuevas prendas. Cada año se pierden unos 500.000 millones de dólares por esa ropa que se usa una o muy pocas veces, que no se dona o recicla y que termina en la basura.


Algunas cifras:

Según cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, confeccionar un tejano requiere:

- 7.500 litros de agua, lo que saciaría la sed de una persona durante siete años. 

- 33,4 kilogramos de carbono se emiten en todo el proceso (desde producir el algodón hasta transportarlo a la tienda).

Si esto solo por un jean, pensemos lo que le cuesta al medio ambiente lo que contiene los armarios de todos nosotros. 

- 93.000 millones de metros cúbicos de agua, es lo que gasta la industria de la moda, cada año. Lo que sería suficiente para satisfacer necesidades de consumo de cinco millones de personas.

- Un 20% de las aguas residuales del mundo provienen del teñido y el tratamiento de textiles.

- El 87% de las fibras que se usan para confeccionar la ropa se incinera o va directo a un vertedero. Y el 60% se desecha antes de que se cumpla un año desde su fabricación.

- 10% de las emisiones globales de carbono son responsabilidad de la fabricación textil, mucho más que los sectores de transporte marítimo y aéreo juntos. De seguir con este ritmo, las emisiones de gases de efecto invernadero correspondientes al sector de la moda aumentarán más del 50 % para 2030.

- Se prevé que, si los patrones demográficos y de estilo de vida siguen su curso, el consumo mundial de ropa aumente de los actuales 62 millones de toneladas a 102 millones en 10 años.

- Cada año se vierten en el mar medio millón de toneladas de microfibra, - lo mismo que 50.000 millones de botellas de plástico. ¿El peligro? Las microfibras no se pueden extraer del agua y, además, pueden permear las cadenas alimenticias.

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente: https://www.unep.org/

 

¿Qué podemos hacer cómo consumidores?

Todos somos importantes en la industria de la indumentaria y es urgente que nos impliquemos… Desde los diseñadores, fabricantes, proveedores, los críticos hasta los consumidores. Sin estos últimos todo los anteriores serian en vano.

Los fabricantes tenemos mucho que mejorar por delante, pero como consumidores también. Lo principal es comprar con más conciencia y una cuestión de pequeñas acciones:

  • Preguntar antes de comprar si los fabricantes hicieron la ropa con criterios de fabricación sustentable.

  • Ser creativos para combinar y reciclar prendas.

  • Reparar.

  • Donar siempre es una buena opción.

  • Comprar solo lo que se necesite. (En algunos países, el 40% de la ropa que se compra nunca se usa).

  • Pensar en la calidad más que en la cantidad. Cada año que una prenda se usa, significa menos contaminación. Mucha ropa barata no sobrevive un ciclo en la lavadora. A la larga ¿se ahorra realmente comprando ropa de mala calidad?

  • Adquirir ropa de Vintage o de segunda mano.

  • Gestionar mejor el lavado (leer bien las etiquetas, informarnos de como debemos cuidar nuestra prenda, completar en la lavadora la cantidad suficiente de ropa, usar jabones poco abrasivos).


Actuemos cada uno de nosotros, desde el lugar que nos toca.


PHY-SI COMO MARCA:

  • FABRICAMOS EN ESPAÑA, ES TALLERES LEGALES, QUE SIGUEN CON LAS NORMATIVAS JUSTAS DE UNA PAÍS DE LA UE.

  • NUESTRO TEJIDOS SON RESPETUOSOS CON EL MEDIOAMBIENTE, ORGÁNICOS O RECICLADOS.

  • NUESTRO PACKAGING ES JUSTO, ÚTIL Y REUTILIZABLE.

  • FABRICAMOS PRENDAS MUY DUCTILES Y DURADERAS.

  • CONSULTANOS POR NUESTRO PLAN DE SOSTENIBILIDAD EN:https://wearephysi.com/sostenibilidad.php




FUENTES: 

-BancoMundial.Org 

-Juan Ignacio Pérez Iglesias

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.